Equilibremos la balanza | Arena Suelta
Fany Almazán
Luciérnaga Noticias
Por: Tayde González Arias
El mundo tangible y el mundo de las ideas son dos de las realidades platónicas, desde las cuales deberíamos analizar varias cosas o situaciones de la vida actual. Por ejemplo las celebraciones y conmemoraciones, sobre todo de días como el internacional de la mujer, del trabajo, de la raza e incluso de la independencia, para que cada una o uno haga lo que mejor quiera o le convenga, es decir que se puede participar o no en marchas o eventos que sean para celebrar, pero sin dejar de ser congruente y, viva en la mente de cada persona, lo trágico en la historia de la humanidad que tuvo que suceder para que en estas fechas tengamos en el calendario escolar o cívico, enmarcadas ciertas fechas como días de asueto o de descanso.
Mientras muchas mujeres en su día, siguen siendo vejadas, otras salen a la calle para alzar la voz por las que han sido privadas de la vida sin que hasta el momento se les haga justicia.
Mientras el primero de mayo muchos trabajadores participan de la marcha por el día del trabajo, miles en las minas, fábricas, o hasta en áreas como la educación, o los emprendimientos, trabajan por el salario mínimo, en condiciones inhumanas o peor aún, muchos, ni siquiera tiene trabajo a pesar de estar calificado. Los más jóvenes, incluso con carrera terminada terminan participando de actividades delictivas o con el crimen, una vez que sus gobiernos fueron inútiles para generar fuentes de trabajo, creyendo que un manso cordero no puede convertirse a lobo, a falta de alimento, vestido o casa.
Aunque en los calendarios que se reparten al inicio de cada año por todo México, sigue apareciendo el denominado día de la raza cada 12 de octubre para recordar aquel año de 1492, cuando Cristóbal Colón en compañía de su tripulación llegaron a la isla de las Bahamas, nombrándola San Salvador. Muchos historiadores han coincidido en que se trata de una fecha triste al ser el comienzo de cientos de tropelías cometidas contra nuestras razas originarias.
Así mismo para muchos de nosotros hacer referencia al año de 1810, inmediatamente lo relacionamos con la Independencia de México, pero lo cierto es que el documento que nos reconoce independientes es más bien del 27 de septiembre de 1821, fecha que para muchos pasa desapercibida pero para quienes creemos en lo relevante de un documento, pues debería ser tan o más celebrada que el propio 16 de septiembre.
Sin embargo, e independientemente del tipo de persona que seas, es decir de las o los que celebran, festejan o conmemoran, hay que distinguir que una cosas es que deba de estar en un lugar por cuestiones de trabajo, porque así nos lo exigen, y otra es que debas de pensar de tal o cual manera, por fortuna, cada uno podremos seguir ejerciendo éste derecho de pensamiento, obra y omisión, y siempre buscar tener ésta claridad, que tanto nos hace falta, para señalar y vivir en el camino que mejor con convenga conforme a nuestras convicciones.
Lo que no podemos es vivir sin intención y sin una línea clara, pues si bien es cierto que los tonos de gris son variados, no siempre podemos estar en neutral, pues se requiere de los que luchan por los demás en las manifestaciones que sean necesarias y en las trincheras que nos encontremos, ya sea dentro o fuera, si es que podemos sumarnos o no, pero siempre entre amigos o en los grupos a los que pertenecemos, hemos de dar a conocer nuestra forma de pensar y ver la vida de tal suerte que seamos parte del grupo pensante y activo intelectualmente o en las manifestaciones, abonando a la sociedad y entregando parte nuestra a las grandes batallas que entre todos debemos librar.
Dado que nos tocó vivir aquí, donde los ricos con pocos, en donde los políticos son los mismos, pero los pobres muchos y los olvidados demasiados, todos tenemos y deberíamos estar preocupados y ocupados, pues no es esa la herencia que debemos dejar a los que vienen detrás de nosotros. Dado que lo único que dejaremos será nuestra obra realizada o no en ésta vida, cambiemos, la realidad paso a pasito y cuando se pueda pronto y rápido, para que no se celebre lo absurdo, o se festeje sin conocimiento exacto de las cosas.
Tal vez no cambiaremos el estado de las cosas en un abrir y cerrar de ojos, y puede que no nos dejen porque a algunos les conviene que sigamos en el olvido y la sumisión, pero dado que fuimos dotados de razón y fuerza, seamos valientes y conscientes y sumemos al mundo con ideas nuevas y perspectivas de cambio claras, de tal suerte que el mañana sea de luz, de igualdad y prosperidad para todos, de tal suerte que cuando menos equilibremos la balanza.
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