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LADRONES Y TRAMPOSOS | Arena Suelta

Fany Almazán

Luciérnaga Noticias

POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS

El inicio de los gobiernos municipales en Michoacán, han sido en su mayoría grises, opacos por la falta de recursos federales, debido a que el gobierno federal dejó de inyectar recursos a la entidad michoacana, entre otras cosas por la incapacidad de superar diferencias políticas entre Silvano Aureoles y Andrés Manuel López, esta conducta inmadura, ha tenido a maestras y maestros con clave estatal sin el pago de sus últimas quincenas.

Que grave que es, la falta de coordinación entre los tres poderes de la unión, porque siempre que no se ponen de acuerdo los que quedan en mitad de sus conflictos son los ciudadanos.

En otras entregas de éste mismo artículo hemos referido de lo relevante que es contar con perfiles sensibles a las necesidades sociales, entre los funcionarios públicos de todos los niveles, y que no estén peleados con un perfil profesional que vaya de acuerdo a las funciones que desempeñen, sino que además puedan tener experiencia en sus respectivos ramos. Sin embargo, a todas luces, ni siquiera los que lideran esos cargos lo tiene, de lo contrario ante pondrían cualquier asunto mayor o menor al beneficio social, y no a sus caprichos y ambiciones personales.

Las luchas por el poder, en México parece que nunca acaban, aunque en los discursos tendenciosos se hable de que una vez que se acaba una contienda electoral, ya se debe gobernar para todo y dejar a un lado los distingos políticos, algunos tienen una mentalidad tan rancia y antigua, que creen que sus ideas son las mejores o las superiores, y que sólo deben gobernar o poner en marcha políticas para los que votaron por ellos, sin reconocer que las diferencias hacen posible el análisis y la reflexión y que en ellas pueden encontrar grandes ideas y propuestas de transformaciones verdaderas.

Si el ánimo con el que algunos inician sus administraciones perdurará intacto, y las promesas de campaña se cumplieran seguro tendríamos otro país, y los pueblos amarían a la democracia, la política y los políticos, pero como la realidad es otra, siempre que preguntamos a alguien, joven o adulto sobre la política, casi siempre se refieren a ella como una actividad de tramposos o ladrones.

Los que se van (gobernantes), han dejado su sello en los gobiernos municipales, estatales y federales, antes dejaban placas y más placas, en donde su ego, permanecía o perdurar, lo que afortunadamente en algunas legislaciones atinadamente prohibieron, al impedir que se colocaran nombres de los gobernantes en cada obra o esfuerzo pequeño, mediano o grande que hacían con el gobierno de nuestros impuestos, sin embargo, muchos otros no lo han entendido y lo han seguido haciendo.

Seguramente, recuerde la caracola del programa – solidaridad- y el emblema de “unidos para progresar”, el innombrable o más famoso ex mandatario, Carlos Salinas, pero apoco no hacen lo mismo los que dicen – gobierno de soluciones- o quienes dicen que son un – gobierno abierto-, cuando se trata de principios y/o cualidades que deben estar presentes más allá de eslogan, y es su obligación cumplir al ser electos para eso.

De alguna manera se les debe dar trabajo a las empresas de comunicación y estrategia política, pero el problema es lo caro que llega a ser pagar a quienes les manejan la imagen institucional o personal a los sujetos a quienes les elevan el ego, hasta acrecentar sus ambiciones de seguir en los cargos o ir por más, sin habérselo ganado con buen trabajo, sino con información falsa o manipulada para no caer de la gracia de los incautos votantes.

En definitiva, muchas cosas hacen que se les recuerde a los gobernantes, desde al que se le incendian los arbolitos de navidad por comprar lucecitas chinas, se le apaga el sonido por contratar el equipo de audio del compadre que es más corriente que la electricidad, hasta el que se va a sentar en un banquito para pedir audiencia con el mero mero.

Esperemos que en algún momento pululan los representantes dignos de un pueblo con nuestra riqueza cultural, ojalá que tengamos el gobierno que merecemos, sin que tenga que andar por la vida en constante campaña, ni que nos vendamos por hambre, por la casa sin techo o por favores que debieran ser respuestas claras y sensatas de las y los mejores hombres de los pueblos mexicanos.