Michoacán llevará su alma a Madrid; panteón purépecha y altar monumental cautivarán España
                
                    Fany Almazán
                    Luciérnaga Noticias
                 
                
                
                
                Morelia, Michoacán, 30 de octubre de 2025.- El esplendor de la Noche de Muertos conquistará el viejo continente con la representación de un panteón purépecha y altar monumental que el Gobierno de Michoacán instalará durante el mes de noviembre en la Embajada de México en España.
El gobernador michoacano, Alfredo Ramírez Bedolla, informó que una delegación estatal afina los últimos detalles para montar un tradicional camposanto de la ribera del lago de Pátzcuaro, en vísperas de la Feria Internacional de Turismo 2026 (Fitur), uno de los escaparates líderes a nivel mundial sobre negocios, tendencias, destinos y productos turísticos.
Toda la atmósfera que se vive en Michoacán durante los días 1 y 2 de noviembre, y que cada año atrae a miles de turistas y visitantes, será trasladada hasta España para sumergir a los europeos en este mágico encuentro entre vivos y muertos, y que conozcan esta tradición desde sus orígenes, con la cual se mantiene viva la memoria de los antepasados al nutrir las almas de los difuntos con ofrendas que esperan su retorno.
Y es que Michoacán es la cuna de esta festividad prehispánica, declarada desde el año 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, la cual cautiva al mundo entero por la forma en que las comunidades indígenas veneran a sus muertos, con llamativos altares adornados con flores de cempasúchil y papel picado, donde se colocan los objetos que más apreciaron en vida. 
La creencia es que las ánimas de los difuntos regresan al mundo de los vivos los días 1 y 2 de noviembre para convivir con sus familiares que los esperan en casa o el panteón, donde se nutren de las ofrendas que les sirven en los altares. Una forma de mantener vivo el recuerdo de los antepasados y evitar que mueran en el olvido. 
Miles de familias de comunidades indígenas adornan las tumbas de sus difuntos. Las visten con aromáticas flores de cempasúchil, o esparcen sus pétalos sobre las lápidas, encienden velas para facilitar el retorno de las almas a la tierra, y sirven la comida y las bebidas favoritas de los difuntos para alimentarlos después del camino recorrido.