PARA NAVIDAD | ARENA SUELTA
Fany Almazán
Luciérnaga Noticias
POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS
La navidad es una época para compartir, para dar amor, y aplica en lo individual y en lo social. No permitamos que este mes que inicia nos traiga una navidad sin gracia, escuálida, que lejos de ser una celebración familiar y con los seres amados se vuelva una cosa parecida a una posada de canal de las estrellas.
Con el propósito de disfrutar a plenitud estas fiestas y darle vida y no matar el espíritu de la navidad consideremos las siguientes pautas: no compremos un arbolito navideño importado que viajó kilómetros para llegar a tu casa, hay que adquirir un pinito navideño producidos en los aserraderos certificados cercanos a tu ciudad. A este arbolito vamos a colocarle esferas y adornos navideños marca pueblos mágicos, como las fabricadas en Tlalpujahua Michoacán o Chignahuapan Puebla, no vayas a la tienda departamental y compres esferas y adornos navideños importados, traídos de varios kilómetros lejos de aquí, en lugar de comprarle a los artesanos mexicanos, pues recuerda que el país necesita empleos.
Las luces que le pongas a tu arbolito no las mantengas encendidas todo el tiempo. apágalas y deja que respire el planeta. La tierra es grandísima pero no se trata de hacerle poco o mucho daño, si no de no hacerle mal, y debes considerar que un arbolito navideño encendido junto a miles de casas y miles de centros comerciales que todo el tiempo tienen lucecitas prendidas, le hacen mal al planeta.
La energía eléctrica que necesitan las lucecitas de su árbol de navidad contribuye a las toneladas de carbono quemándose y de petróleo para producir la luz a la que nos enchufamos en cada hogar,
No pongas musgo en tu nacimiento o en la base de tu árbol, no seas parte del saqueo de éste recurso natural que necesitan los bosques para hidratar los suelos, y que son de vital importancia para mantener el equilibrio de la flora y la fauna, no contribuyas a la sequía de éstas fábricas de agua.
No es más bonito traer de la naturaleza lo que ahí debe permanecer, sino respetar lo que corresponde a cada medio.
La fachada de tu casa, la estrella de Belén, o el nacimiento, e incluso el árbol, no deben ser instrumentos de presunción o competencias con los vecinos o los demás miembros de la familia, en el que luzcan los materiales importados, como las lucecitas, los inflables o el fomi blanco para representar la nieve, al considerar que si no hay nieve entonces Santa Claus no viene, pues el espíritu de la navidad está en lo que llevamos dentro y lo que vivimos en nuestro ser y no en lo que los demás puedan ver.
No salgas esta navidad de tu casa a aventar cohetes, que son peligrosos y espantan a los animales. No hace falta cacaraquear nuestra alegría con esos estruendos espantosos que tantas víctimas dejan año con año, ni hacerse notar con esos ruidos desagradables es suficiente con estar en paz y compartir la mesa con los que más amas y a quienes quieres. Que la luz de bengala sea una sonrisa amable y la luz de las chispitas sean tus miradas diáfanas.
Que la cena de navidad sea para enamorar a los tuyos de la rica gastronomía de nuestro país, es decir, decídete por los productos mexicanos, como los mariscos del golfo de México o del pacífico mexicano, el pan de la panadería del barrio, las verduras de las milpas de nuestros pueblos, la carne de las granjas o establos que alimentan sus animales sin clembuterol.
Lo sencillo ha sido, y seguirá siendo, lo mejor, lo más exquisito y delicioso. Por algo nuestro México ha sido reconocido como uno de los países más espectaculares en cuanto a su comida.
Por último, no uses servilletas con esos “magníficos adornos navideños”, plasmados en el papel, mejor opta por la tela, de modo que puedas usarlas y lavarlas con detergente biodegradable. Así vas a contribuir a que sean menos los árboles que se derriben.
En cuanto a los obsequios de navidad, le invito a que le dé una revisada a la cantidad de artesanías; entre ropa, juegos o muebles que se fabrican por las manos mexicanas y verá que obtendrá un sinfín de artículos de buena calidad y a buen precio, con lo que contribuirá a la economía local, y quedará muy bien con los suyos.