La devoción de Ignacio Peñaloza, un danzante incansable por la Virgen de Guadalupe
Fany Almazán
Luciérnaga Noticias
Huetamo, Mich., a 12 de diciembre de 2024.- Ignacio Peñaloza es un hombre cuya devoción y fe lo han llevado a convertirse en un símbolo de perseverancia y amor por la Virgen de Guadalupe. Hace 10 años, Ignacio hizo una manda a la Virgen y, desde ese momento, comenzó a bailar en su honor. Lo que empezó como una promesa se ha convertido en una tradición inquebrantable que ha perdurado a lo largo de una década.
Cada año, durante las celebraciones en honor a la Virgen de Guadalupe, Ignacio se viste con su atuendo de danzante y participa en las festividades con una pasión que inspira a todos los que lo observan. Su compromiso no solo refleja su profunda fe, sino también su gratitud por las bendiciones recibidas.
"Para mí, bailar es una forma de agradecer y honrar a la Virgen por todo lo que ha hecho por mí y mi familia", comenta Ignacio con humildad. Su danza no solo es un acto de fe, sino también un ejemplo de cómo las tradiciones religiosas pueden fortalecer el sentido de comunidad y espiritualidad en las personas.
La figura de Ignacio Peñaloza, con su danza constante, se ha convertido en un recordatorio viviente de la importancia de la fe y la devoción en la vida diaria. Su historia es un testimonio del poder de la promesa y de cómo el amor y la gratitud pueden transformar actos sencillos en gestos profundamente significativos.